¿Enseñar a montar en bicicleta por Internet?

Se debe hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no más sencillo.

Albert Einstein

Tres pasos para aprender a montar en bicicleta sin raspones ni caídas

A menudo me pregunto sobre la utilidad del tan mentado e-Learning, y que tan posible resulta transmitir conocimientos por esta vía.

Navegando por la web encontré que algunas personas sostienen que no es posible enseñar a distancia, porque, en última instancia, el aprendizaje sucede en el sujeto “que aprende” (y no en quien transmite los conocimientos.)

En particular llamó mi atención un artículo donde directamente se señala la «imposibilidad de enseñar a montar en bicicleta»

Pienso que a partir de pedantes explicaciones como las que uno lee o leía en ese ejemplo, no se llegará a nada:

La regla observada por el ciclista es esta. Cuando empieza a caerse hacia la derecha, gira el manillar hacia la derecha, haciendo que la trayectoria de la bicicleta se desvíe por una curva hacia la derecha. Esto produce una fuerza centrífuga que empuja al ciclista hacia la izquierda y compense la fuerza gravitacional que le impulsa a la derecha. Pero esta maniobra le hace perder el equilibrio esta vez hacia la izquierda, que vuelve a contrarrestar girando el manillar hacia la izquierda y así es como mantiene el equilibrio, recorriendo una serie de curvas contrapuestas. Un sencillo análisis muestra que para un cierto ángulo de inclinación la curvatura descrita es inversamente proporcional al cuadrado de la velocidad a la cual se desplaza el ciclista»

No es de sorprenderse que las personas normales no logren comprender nada de nada, se trata de una explicación correcta desde el punto de vista ingenieril, pero absurda desde el sentido común.
En fin, ocurre que –como padre– alguna vez hube de encontrar la mejor forma para lograr que mis propios hijos aprendan a montar en bicicleta con un mínimo de magullones
Sin más, he aquí como enseñar… a montar en bicicleta, en tres pasos, sin raspones, ¡y por Internet! 🙂

LA BICICLETA: comprueba que la bicicleta que piensas usar es adecuada para la talla del niño. Puedes verificarlo comprobando que este llegue a apoyar completamente los pies en el suelo estando correctamente sentado en su asiento. Si esto no es así, sugiero dejes de leer inmediatamente y corras a conseguir una bicicleta adecuada: la bicicleta que tiene no le sirve. Punto. Luego quita las rueditas «estabilizadoras», no solo son inútiles desde el punto de vista de aprender el equilibrio, sino hasta peligrosas en caso de que quiera dar una curva cerrada… anda, quítalas sin miedo y vuelve a poner la rueda, son solo cinco minutos, ve por una llave o a la bicicletería.

EL LUGAR: Elije un lugar y horario adecuados. Cualquier espacio plano, horizontal y libre de obstáculos será suficiente. Puede ser una plaza, una vereda, o incluso una calle. Lo importante es que sea un lugar poco transitado. Observarás que no importa tanto la cantidad de tiempo como la calidad.

PASO 1: Deberás dedicar tiempo a explicarle al niño los pasos que seguirán, y los cuidados que deberá tener, en forma sencilla y enfocada: dile que no deberá distraerse mirando su bicicleta sino tener su atención centrada en las cosas que lo rodean y pueden cruzarse en su camino: personas, autos, otras bicicletas, animales, etc.

PASO 2: Enseñale a mantener el equilibrio. Pídele al niño que se siente en la bicicleta y se quede allí sentado, sosteniéndose con sus propios pies, unos pocos minutos moviendo el manubrio, descansando el peso de su cuerpo sobre una pierna y luego la otra, alternativamente, acostumbrándose a su vehículo. Mientras tanto, pon dos marcas en el suelo, separadas por quince o veinte metros. Cuando lo veas aburrido, pídele que se impulse con ambos pies e intente mantener el equilibrio —manteniendo los piés colgando para apoyarlos apenas sienta que se cae hacia un lado—. Es importante que lo haga despacio, yendo de una marca a la otra. No lo apures y déjalo que vaya encontrando su propio ritmo. No debe intentar utilizar los pedales, quizás sea conveniente que los quites si observas que quiere pedalear antes de tiempo.

PASO 3: Sabrás que está en condiciones de pedalear cuando, algunos minutos después, te muestre que es capaz de mantener el equilibrio entre las marcas, dando incluso la vuelta a una de ellas con el impulso. Esto último es lo que esperas, la demostración de que no solamente mantiene el equilibrio, sino que es capaz de coordinarlo durante un giro… ¡ya sabe montar en bicicleta!

Puedes autorizarlo a pedalear, pero antes, por si no lo he dicho, vuelve a recordarle que no deberá distraerse por nada del mundo sino mantener su atención centrada en las cosas que lo rodean y que podrían cruzarse en su camino: personas, autos, otras bicicletas, animales, etc.

Algunos niños han usado este método y les ha gustado tanto que ya no quieren pedalear. ¿No me crees? Adelante, juzga por tí mismo/a!

Si el método te ha servido, por favor, vuelve y deja tu comentario, coméntanos tu experiencia, la estaremos esperando. Si sacarle los pedales te parece demasiado trabajo, y además tenés unos pesos para gastar, quizás quieras comprar una Camicleta y listo el pollo 🙂

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